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LA DOMA AL VIEJO ESTILO ESPAÑOL: 1

July 01, 20237 min read

LA DOMA AL VIEJO ESTILO ESPAÑOL

ARTÍCULO 1. ¿DE DÓNDE VENIMOS Y A DÓNDE VAMOS?

En este primer artículo pretendemos desvelar una filosofía de equitación y unión con el caballo que ha dado la vuelta al mundo, pero que muchos no saben cual fue su origen y tal vez no saben que dirección podría acabar tomando.

La doma al viejo estilo español es un tipo de doma que comporte una ideología basada en el respeto y la confianza con el caballo. Esperamos hablar de ella en diferentes artículos sobre su historia, técnicas, ejercicios, resolución de problemas con caballos, razas, grandes horsemen, sillas, implementos como el hackamore (bosal), lazos, y otras herramientas. 

Durante la segunda guerra púnica en el S. III a. C. entre Roma y Cartago por la posesión de la península ibérica, los soldados romanos quedaron maravillados por la maestría y la habilidad de los jinetes íberos en sus pequeños caballos. Éstos organizaban escaramuzas contra el ejército invasor apareciendo al galope y lanzando jabalinas causando estragos para volver grupas y subir por terraplenes llenos de roca haciendo imposible su persecución. 

Los íberos, considerados caballería ligera, montaban a pelo guiando al caballo con el cuerpo mientras combatían con sus manos. 

Esta cultura ecuestre fue absorbida por los musulmanes y convirtiéndose el estilo de monta a la jineta. Mientras que en Centroeuropa se desarrolló la monta a la brida, puesto que los caballeros medievales portaban grandes y pesadas armaduras que obstaculizaban mucho el uso del cuerpo para guiar al caballo y debían usar las riendas y embocaduras para manejarlo. 

Estas dos costumbres ecuestres se fusionaron en España y viajaron al nuevo mundo (América) junto a una de las razas más antiguas de Europa. La raza marismeña. Allí prosperó lo que hoy en día conocemos como la doma al viejo estilo español. Desde México, en el siglo XVI, los españoles se extendieron hacia el sur y norte del continente americano mezclando su cultura con la indígena en todos sus aspectos. 

En California se comprendió el auge de esa doma con los vaqueros californios descendientes de los españoles e indígenas. 

En México se creó la silla “bastarda” que dio pie a la silla charra y esta misma fue la progenitora de las sillas western. A su vez, nuestros caballos marismeños fueron quienes dieron forma al trabajo y viajes de aquella gente, convirtiéndose en lo que comúnmente se llamaba como mesteño o mestenco (animales sin dueño conocido), palabra española derivada de la ley de Alfonso X el sabio con relación a la mesta. 

La guerra entre México y Estados Unidos finalizó en el 1849 con el tratado Guadalupe Hidalgo dando pie a la expansión de parla inglesa, sumándole la gran migración hacia California por la fiebre del oro, cosa que provocó muchos españolismos como la palabra mesteño que pasó a llamarse mustang o la palabra vaquero que pasó a llamarse buckaroo (actualmente llamados el buckaroo y la buckarette las personas que trabajan con ganado en Nevada, norte de California, Oregón, y parte de Montana, Wyoming y Utah). 

La conexión entre caballo y humano para el desarrollo eficaz del trabajo con ganado se llevó a un extremo con el cual se consiguió un arte. Mediante un buen trato y la paciencia, el vaquero californio trabajaba a sus caballos durante la jornada laboral y después de ésta con ejercicios de equitación, cualquier objetivo que no se consiguiera, no cabía molestia en la mente de estas personas, sencillamente decían “mañana”. 

Toda esta sabiduría fue recogida por la gente mayor que de forma cariñosa eran llamados “los viejos”. Sin embargo en nuestros tiempos llegó muy diluido, ya que la falta de escritos, la revolución industrial y la modernización de la sociedad dificultaron el legado de estos conocimientos. 

En diferentes partes del mundo han existido diferentes personas que han entendido al caballo más allá de una simple herramienta para conseguir un objetivo. Comprendían a este animal como un compañero. Algunas de estas personas fueron los famosos hermanos Dorrance, quienes aprendieron la doma al viejo estilo español de un enigmático “uncle Tom”. Entre sus alumnos se contaba Ray Hunt, un criador de caballos que llevó esta filosofía al mundo de la equitación. En los tiempos modernos, esta forma de tratar al caballo se conoció como horsemanship. Es decir, “la correcta relación entre caballo y hombre”, la cual fue reconvertida a las llamadas “domas alternativas”. 

Hoy en día tenemos muchos nombres para identificar dentro de este marco filosófico conductista. Obviamente, cada uno de ellos remarcando o trabajando más un aspecto u otro pero con un fin similar. Algunas de estas palabras pueden ser equitación natural, doma natural, doma racional, doma sin resistencia, doma inteligente, etc. 

Los tiempos modernos difieren mucho de los antiguos en cuanto a las circunstancias y aspectos que rodean una situación, pero la persona es la misma. En nuestro caso, la pantalla de cualquier dispositivo electrónico y la apariencia cobra más importancia que cualquier elemento real que pueda acaecer alrededor de un caballo. Antiguamente, no les hacía falta ponerles nombres bonitos a esta filosofía. Sencillamente, eran así. Lo necesitaban para sobrevivir y ser eficaces. Se dieron cuenta, al menos algunas personas, que querían ser algo más con este bello animal. 

Hoy en día, en España, no sabemos que la gran mayoría de material, conocimientos y filosofía parten de nuestro país. Los mismos vaqueros de las marismas del Guadalquivir usaban hasta hace unos años una simple jáquima para las faenas ganaderas, reservando el preciado bocado para fiestas o domingos. 

Los caballos marismeños, antigua raza ibérica, fueron los que acompañaron al hombre a un mundo incierto dando su sudor y sangre por lo que hoy tenemos. 

Estos animales eran muy estimados tanto por gente de nuestro país como por foráneos. El mismo Aníbal el cartaginés los usó en sus guerras y los cruzó con sus propios caballos. Pequeños, ágiles y robustos levantaron un continente entero. Sin embargo, hoy en día, son muy poco apreciados. Considerados como un caballo poco esbelto, han sido apartados del mundo ecuestre hasta el punto de ser un animal bastante desconocido para muchos españoles.

Debemos tener muy presente que en nuestro país tenemos valores muy antiguos escondidos en nuestros ancestros, los cuales hemos de rescatar y dar a conocer. 

En nuestro caso, Carlos Fabregat y Lidia Cañizares, apostamos por revalorizar esta filosofía, esta raza de caballos y una antigua tradición que nos precede desde hace mucho. 

En nuestro rancho en Granada, llamado MountainHorse Ranch, enseñamos esta forma de comunicación con el caballo. Domamos estos animales y ofrecemos cursos para mostrar estas antiguas técnicas españolas. Por otro lado, seguimos con la tradición familiar de la guarnicionería. El padre de Carlos, llamado también Carlos Fabregat fue el pionero de la guarnicionería western en España y fomentó en las rutas que organizaba de un mes el uso de caballos de reata con “baste” y alforjas de “baste”. 

Además, seguimos los pasos de Pilar Massaguer escribiendo libros. Por ahora, tenemos publicado “Desde el ojo del caballo”, un relato corto donde el lector se descubre a si mismo en cada capítulo pudiendo elegir hasta tres posibles finales, esta pequeña novela describe la verídica historia de uno de nuestros caballos y su pasado con los humanos. Y está próxima la finalización de “El hackamore, doma española en California”, un libro técnico dónde describimos la historia, formas, ajustes y doma del hackamore (bosal). 

También estamos trabajando con documentales y diferentes proyectos en relación con el caballo marismeño y la asociación del caballo marismeño para revalorizar su físico, su mente y preservar uno de los pocos caballos que viven en estado semisalvaje. 

Aportamos nuestro granito de arena para cerrar este gran círculo histórico, devolviendo una antigua filosofía a casa. Nosotros domamos a los caballos en el mundo western del trabajo de campo y de montaña, aportándole desbloqueos mentales al superar diferentes obstáculos y dificultades mediante ejercicios en la naturaleza, con el ganado o el lazo. 

Nuestra clientela variada adopta esta filosofía para aplicarla a cualquier disciplina ecuestre que practique. Pueden ser estas la doma vaquera, clásica, salto, etc. Utilizando los implementos que en cada una de ellas se manejen como diferentes sillas, embocaduras (o no embocaduras), espuelas…

Hemos de ser conscientes que en nuestro país hay una cultura ecuestre muy importante. Una fusión y un canal que se llevó a un mundo nuevo donde siguió evolucionando. Es nuestro deber ampliar horizontes, abrir nuestra mente para saber de dónde venimos, lo cual nos desvelará quienes somos y ponerle los “porqués” a lo que hacemos con los caballos para poder mejorar en el futuro. 

Siendo conscientes de ello, forjaremos esa relación que convierte al caballo y al hombre en compañeros y es sólo ésta forma la que nos permite seguir avanzando.

Actividades MOUNTAINHORSE RANCH

  • Sesiones de horsemanship

  • Ruta western

  • Traslado de ganado

  • Cursos de horsemanship, bosal y lazo

  • Solución de problemas con caballos

  • Guarnicionería western

  • Eventos varios: Cowboy Experience, Fiesta del vaquero y charlas. 

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